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¿Cómo afrontamos la discapacidad?

27/08/2020
Atención Psicológica | MIFAS Active

¿Cómo reaccionamos ante la pérdida de salud? ¿Qué emociones sentimos? ¿Cómo lo afrontamos?

La mayor parte de la discapacidad física (más de un 80%) es sobrevenida después del nacimiento por condiciones comunes y accidentes de todo tipo. La discapacidad o una enfermedad grave puede aparecer en nuestra vida de manera súbita, gradual, inesperada y de muchas formas distintas.

¿Cómo reaccionamos ante la pérdida de salud? ¿Qué emociones sentimos? ¿Cómo lo afrontamos?

Evidentemente no hay una respuesta única ante estas preguntas. Todas las personas experimentamos, en mayor o menor grado, algún tipo de reacción emocional y psicológica. Son muy diversas las emociones y sentimientos que pueden aparecer en estas situaciones, por ejemplo; tristeza, desorientación, incertidumbre ante el futuro, inseguridad para gestionar lo desconocido, sentimientos de soledad y sensación de pérdida de control de las rutinas y de la propia vida.

Uno de los impactos más complicados de afrontar es el diagnóstico de la discapacidad o de la enfermedad. Abordar esta realidad es un reto. Las reacciones psicológicas más frecuentes ante esta situación son:

  • Estrés y ansiedad
  • Reacciones debidas a la percepción de pérdida
  • Independencia o dependencia exageradas
  • Pérdida de autoestima
  • Reacciones debidas a la afectación de la imagen corporal
  • Estrés postraumático
  • hipervigilancia e hipocondría
  • Enmascaramiento del sufrimiento
  • Negación
  • Crisis existencial

Cada persona reacciona de forma diferente, no existe una forma ideal o mala, depende también de las circunstancias personales, del momento vital de cada persona y de su entorno social, pero está claro que hay unos patrones de respuesta identificables y que pasamos por varias etapas de adaptación.

Quizás habrá algún momento que no tengamos ganas de luchar, pero lo seguiremos haciendo por inercia. Hay que permitir estar tristes, asustados y angustiados. Tenemos que aprender a dejar la autoexigencia a un lado y aprender a convivir con estos sentimientos nuevos que nos pueden acompañar en momentos determinados.

Todas las personas disponemos de habilidades y estrategias que nos permiten afrontar situaciones inesperadas. Es cuestión de reorganizar nuestra vida, buscar recursos y adaptarse al nuevo ritmo y a la nueva situación. En muchos casos, no solo afecta a la persona sino también a sus familiares y su entorno.

Puede que no nos guste pedir ayuda ni exteriorizar los problemas o dificultades, pero es importante saber que podemos contar con familiares, amistades y/o personas de confianza.

Algunas recomendaciones:

- Evitar las comparaciones, cada persona es única

- Aprender a pedir ayuda

- Identificar y aceptar lo que sentimos: no te juzgues

- Identificar qué necesitamos: confianza, seguridad, compañía

- Aprender a aceptar la situación

- Escuchar nuestras emociones

- Estar bien informados con fuentes oficiales y médicas. Evitar la sobre información en las redes sociales u otras fuentes poco fiables.

- Cuidar física y emocionalmente.

- Mantener el contacto social.

Es importante tener presente que las reacciones psicológicas son comunes en todos los seres humanos y que forman parte de la vida. De hecho, sería poco común no manifestar ningún tipo de reacción ante situaciones complejas o estresantes. Sentir ansiedad, tristeza, ira, resentimiento o frustración es considerado por la mayoría de profesionales como parte del proceso emocional normal de las experiencias difíciles. El problema aparece cuando la persona no puede superar dichas emociones negativas y no consigue la adaptación y la aceptación.

Con el tiempo y con una gestión adecuada, las personas aprendemos a afrontar y resolver circunstancias difíciles.

¡En MIFAS Active te podemos ayudar!

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